En el origen de los primeros sistemas de fermentación controlada, Panem ha dejado una huella duradera la panadería.
Controlando la temperatura, la higrometría y el flujo de aire se asegura un control permanente de la fermentación.
Ideales para controlar la velocidad de la fermentación y la reducción de trabajo nocturno, permitiendo una fermentación regular, constante y un pan fresco a toda hora.